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jueves, 31 de mayo de 2012

Cuando despiertes.


(9 de Junio de 2012. 10:47)
Permanecía sentada en aquel sillón viejo, raído por el tiempo, observando a través de la ventana a todas aquellas personas: familias acompañadas de sus hijos, paseando con uno de esos enormes helados que se desmoronaban fuera del cucurucho; una pareja de ancianos deambulando por las calles de Staten Island; una linda niña dirigida por el labrador que corría y corría sin parar, y aquella sonrisa que desprendía ella era incontrolable, incontrolable también la felicidad que desprendía sólo por el exacto momento que estaba viviendo, insignificante pero a la vez tan simbólico para ella.
Esas eran las calles de Nueva York. Había alquilado una casa Victoriana, atrapada entre otras muchas, todas ellas situadas en perpendicular, paralelas a un parque llamado River High.
Me acerqué a la ventana, sentándome en el poyete que había entre los largueros de la ventana. Seguía pensando en todo lo anterior que me había ocurrido. Sentí un dolor punzante en el hombro. Alguien entró en casa.

-Cariño, ya he vuelto-vociferó entrando en la cocina. Dejó en el suelo las bolsas de la compra. Y se acercó al salón- Ey, aquí estás.
Recibí un dulce y acogedor abrazo. Otro dolor punzante en el hombro.
-Cuidado-me aparté lentamente de él-todavía me duele.
-¿Qué tal te encuentras?-inquirió mientras posaba las manos en mi rostro.
-Bien-respondí apartando la mirada hacia la ventana. Mis ojos se entristecieron disimuladamente.
-Eh, Alicia, mírame.
-Al final salió todo bien…
-Podría haber sido peor ¿no?-dijo buscando su mirada.

(2 de Junio, 2012. 02:30)
Salí de allí para despejarme un poco. Me encontraba en una enorme balconada con vista a un precioso jardín iluminado por altas farolas de 4,15 metros de altura.
-Alicia, ven dentro. Luismi está bailando encima de la barra con la corbata en la cabeza.
-Jaja, tiene que ser un espectáculo-respondí a carcajadas.
Se quedó mirándome durante unos segundos, con una mirada fija clavada en mí. Me colocó suavemente un mechón de pelo por detrás de la oreja. Seguía mirándome.
-Estás preciosa hoy.
-He estado cinco horas arreglándome. Es bueno saberlo.
-Ha merecido la pena.
-Hombre, cinco horas es demasiado. La verdad es que podría haber…-me interrumpió.
-No me refiero a eso-exhaló una breve carcajada-me refiero a todo en general.
-Podría no llevar este cabestrillo colgando del brazo.
-Y podrías no ser tan tonta-respondió Javi enarcando una ceja.
Me giré apoyando el brazo derecho en el ancho poyete sostenido por columnas.
-¿Sabes qué es lo mejor?-inquirí-que a pesar de lo que me haya pasado, toda mi gente, mis amigos, mi familia, me ha animado y apoyado. Y ha sido gracias a ellos el que no me importara la fractura que sufrí, que para mí fue duro. Pero comprendí que a pesar de esta mala suerte, no merece la pena torturarme de la manera en que me estaba sintiendo minutos después de que cayera por las escaleras. Y sé que detrás de todo esto estarás tú, mi familia, mis verdaderos amigos. Y hoy me siento la persona más afortunada y feliz del mundo.

Descendió por mi pómulo una pequeña lágrima, una lágrima de felicidad. Javi la apartó de mí y acto seguido sus labios rozaron los míos lentamente.

(9 de Junio, 2012. 10:48)
-Sí, podría haber sido peor-sonreí encontrando aquella mirada de la que me enamoré un 9 de Noviembre de 2010.



                                                FIN

Dedicado a una gran persona.
           Alicia, te quiero mucho.